lunes, 15 de octubre de 2007

Buenas, este sera el Cuento 7, la siguiente crónica sera la próxima semana ya que requiere un planteamiento mayor que este cuento. La idea de este cuento la iba a usar para el concurso de cuentos pero la deseche, así que ahora la daré forma. Espero que os plazca y os guste. Ciaooooo

Con una rayo de luna

Dios mio, por favor,... que la vea esta noche,...
Estas eran las palabras que mi mente iba repitiendo una y otra vez bajo los designios de mi acalorado corazón. Me encontraba escondido dentro de un soportal de uno de los edificios de la plaza mina esperándola a ella. Pero, ¿quién podía poseer de esa forma mi joven corazón?, toda historia tiene un principio así que sera que os lo cuente antes de volver a mi presente.
Era una de esas noches donde los vasos de vino no se pueden contar con los dedos, me hallaba en la taberna del primo de mi amigo Carlos. Derrepente tuve las ganas de salir del tumulto, donde los borrachos y las prostitutas intercambiaban algo más que palabras. La noche era agradable, una suave brisa alborotaba mi pelo a la vez que lo elevaba al viento. Me dirigí hacia uno de los callejones cerca de la taberna para aliviar ciertas necesidades que vienen dadas por el consumo alocado de alcohol. Al volver hacia la taberna, antes de que mi mano cogiera el pomo de la puerta de la taberna, la vi en medio de la plaza rodeada de los lirios en flor. Era preciosa. Era la mujer más bella que jamas había visto en los 20 años que había vivido. Sus rizos negros se movían como uno solo al son que marcaba el viento. Sus ojos eran de un azul claro y su figura era merecedora de los versos más bellos jamas escritos. Su cuerpo parecía algo irreal, todo el estaba recubierto de un brillo plateado producido por la luna, una luna que era dichosa esa noche ya que podía relejar sus destellos sobre algo tan bello. Durante unos instantes me quede petrificado al igual que Perseo contra le medusa, solo que yo fui petrificado por amor, en ese mismo momento supe que no descansaría hasta tenerla entre mis brazos. Cuando volví en mi ser, ella tan fugaz como había aparecido había desaparecido. Cuando volví a entrar en la posada pregunté a mis compañeros si sabían quien era ella. Mi amigo Pedro me contó una historia que había oído por la boca de un borracho en una taberna 2 calles más abajo sobre una muchacha de la ciudad. Me contó que élla era una muchacha que vivía con su padre y este al tener miedo de que se la raptaran por su tremenda belleza, la mantenía encerrada en casa, pero que de vez en cuando élla se escapaba y conseguía salir de la casa. Esas palabras avivaron el fuego que ardía bajo mi pecho, ya que eso quería decir que ella existía y que no era producto de mi imaginación. Durante más de una semana cada noche estuve debajo de un soportal que daba a la plaza donde la había visto. Hasta esta noche. Esta noche sabia que élla iba a aparecer, algo en mi corazón me decía que seria esta noche. Estuve esperando durante oras, hasta que cuando los parados ya se me caían por el cansancio, la vi. Estaba tan hermosa como aquella noche imbuida en ese resplandor plateado. Salí de mi escondite hacia ella, ni siquiera Dios o la muerte serian capaces de separarme de ella durante más tiempo. Cuando llegue hacia ella mi cuerpo se movía solo, la aparte una de sus manos del rostro y durante los siguientes segundos, solo recuerdo que mi alma salia de mis labios y se unía a la de ella en un placer incalculable. Este es solo el principio de un amor entre dos alocados e ingenuos jóvenes, yo no daré final a la historia, sino que la dejare con este punto y seguido para que sean vuestras ociosas mente las que le den el punto y final.

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miércoles, 3 de octubre de 2007

Buenas, aquí os pongo mi Cuento 6. Lo he escrito ya que estos días que están resultando un tanto lluviosos. Espero que sintáis lo mismo que élla cada vez que llueve o por lo menos que guste el relato. Ciaoooooooo

Bajo la lluvia

Era temprano y élla salia de su casa. Al segundo pie que ponía en la acera de la calle una gota caía del cielo y cayó sobre su nariz. Se detuvo. Instantáneamente una pequeña sonrisa afloró de sus delicados labios. Élla sabia que la tormenta era inminente y para élla los días lluviosos eran algo especial. Esa mañana élla debía haber cogido el autobús para ir a clase pero iba bien de tiempo y decidió ir andando. Cada vez llovía más fuerte. Empezó a andar con paso decidido por la calle mientras veía a las demás personas protegerse del agua con paraguas o andando por el borde de la calle para salvaguardarse en los edificios, élla no hacia ni lo uno ni lo otro. Élla iba por el medio de la calle para que el agua de los cielos le llegara de la forma más directa posible. Mientras andaba sentía que cada gota de agua que le llegaba a la cara la iba animando más y más. Por que élla no pensaba que dentro de un rato estaría empapada y fría, élla disfrutaba el momento. Élla disfrutaba sintiendo el agua recorrer su cuerpo, su cara, sus ojos, sus labios, para más tarde ser secada por su ropa. Para élla eso era un placer, para élla eso era como si un ser divino la tocara suavemente. Para élla el ser mojada por la lluvia le daba cierta sensación de libertad, ella no estaba atada a un pensamiento que la obligaba el llevar un paraguas o el ponerse un periódico sobre la cabeza para no ser mojado, sino que era libre para serlo. Para élla tenia otro carácter importante, élla pensaba que el agua de la lluvia nos libera de todo pensamiento innecesario mientras alzamos nuestras caras hacia el cielo y esperamos que decenas de gotitas impacten en nuestro rostro y sintamos que ellas recorrieran nuestro cuerpo, por que mientras disfrutamos de esas sensaciones, olvidamos todo lo que ocurre al rededor de nosotros, por que quedamos extasiados por esas sensaciones. Al llegar a clase estaba más mojada de lo que había pensado, habría de pasar varias clases hasta secarse por completo, pero daba igual, sabia que merecía la pena por que lo que había sentido debajo de ese llanto celestial. Élla al llegar a clase se apeno al ver a sus compañeros secos, ya que nunca entenderían lo que uno puede experimentar bajo de la lluvia.

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