Bueno, aquí os dejo un cuentecito que escribí hace un par de semanas. Es una historia triste pero es bastante bonita. Con esto pongo inicio a la parte del blog cuentos este es el Cuento 1. Ciaooooooooooo

Sueños


Como cada día que ocurría, él se iba a su cuarto, se metía debajo de la cama y se decía a si mismo una y otra vez: quiero soñar, quiero soñar, quiero soñar, quiero soñar… hasta que todo acababa. Él, solo tenía 10 años, pero sabia lo que quería, quería desaparecer, quería ser querido, quería volar, pero por encima de todo quería ser feliz. Donde se encontraba no podía serlo, en su casa, en su hogar, él no era querido. Su padre le pegaba constantemente ya que era un alcohólico y cuando bebía se volvía muy agresivo y mientras su padre le pegaba, su madre se ponía a ver la televisión mientras se fumaba uno tras otro los cigarrillos que le quedaban en el paquete y cuando él la llamaba para que le ayudara ella ponía la televisión más alta para no tener que oír sus llantos. El no era feliz en su casa, solo lo era en un sitio, solo en un sitio él era feliz, era cuando soñaba. Cuando soñaba todo era como él quería, era un sitio donde no existía el dolor, donde el era capaz de hacer cualquier cosa que quisiera, donde era en definitiva feliz. En sus sueños siempre le acompañaba un héroe, él era su amigo, más que eso, él era su verdadero padre. Los dos siempre jugaban, siempre reían, siempre se divertían y él sabía que cuando estaba con él todo era posible, que no tenía que tenerle miedo a nada. Por eso siempre cuando su padre le pegaba el se iba a su cuarto y se pedía a si mismo soñar, por que era donde estaba su héroe y donde él le defendería de cualquier peligro. Un día su padre llegó tan borracho a casa que le pego tan fuerte que él, de repente, empezó a soñar. Se alegro que estuviera allí su héroe una vez más, esperándole par jugar con él. Cuando paso un tiempo se dio cuenta que no despertaba, que no volvía a la cruda realidad, que no dejaba ese sitio donde era feliz para ir a otro que solo le traía dolor, así que se fue a donde estaba su héroe y le pregunto por que no despertaba. Él le dijo que nunca más despertaría, que siempre estaría en aquel sitio que le hacia tan feliz y que él siempre estaría al lado suyo. El agarro la pelota que le tendía su héroe, le dio una patada y salio corriendo detrás de ella, mientras corría a por ella, el tenia una inmensa sonrisa de felicidad y se le caían lagrimas por el rostro esta vez no eran de dolor, eran de felicidad, el por fin era feliz.