lunes, 15 de octubre de 2007
Buenas, este sera el Cuento 7, la siguiente crónica sera la próxima semana ya que requiere un planteamiento mayor que este cuento. La idea de este cuento la iba a usar para el concurso de cuentos pero la deseche, así que ahora la daré forma. Espero que os plazca y os guste. Ciaooooo
Con una rayo de luna
Dios mio, por favor,... que la vea esta noche,...
Estas eran las palabras que mi mente iba repitiendo una y otra vez bajo los designios de mi acalorado corazón. Me encontraba escondido dentro de un soportal de uno de los edificios de la plaza mina esperándola a ella. Pero, ¿quién podía poseer de esa forma mi joven corazón?, toda historia tiene un principio así que sera que os lo cuente antes de volver a mi presente.
Era una de esas noches donde los vasos de vino no se pueden contar con los dedos, me hallaba en la taberna del primo de mi amigo Carlos. Derrepente tuve las ganas de salir del tumulto, donde los borrachos y las prostitutas intercambiaban algo más que palabras. La noche era agradable, una suave brisa alborotaba mi pelo a la vez que lo elevaba al viento. Me dirigí hacia uno de los callejones cerca de la taberna para aliviar ciertas necesidades que vienen dadas por el consumo alocado de alcohol. Al volver hacia la taberna, antes de que mi mano cogiera el pomo de la puerta de la taberna, la vi en medio de la plaza rodeada de los lirios en flor. Era preciosa. Era la mujer más bella que jamas había visto en los 20 años que había vivido. Sus rizos negros se movían como uno solo al son que marcaba el viento. Sus ojos eran de un azul claro y su figura era merecedora de los versos más bellos jamas escritos. Su cuerpo parecía algo irreal, todo el estaba recubierto de un brillo plateado producido por la luna, una luna que era dichosa esa noche ya que podía relejar sus destellos sobre algo tan bello. Durante unos instantes me quede petrificado al igual que Perseo contra le medusa, solo que yo fui petrificado por amor, en ese mismo momento supe que no descansaría hasta tenerla entre mis brazos. Cuando volví en mi ser, ella tan fugaz como había aparecido había desaparecido. Cuando volví a entrar en la posada pregunté a mis compañeros si sabían quien era ella. Mi amigo Pedro me contó una historia que había oído por la boca de un borracho en una taberna 2 calles más abajo sobre una muchacha de la ciudad. Me contó que élla era una muchacha que vivía con su padre y este al tener miedo de que se la raptaran por su tremenda belleza, la mantenía encerrada en casa, pero que de vez en cuando élla se escapaba y conseguía salir de la casa. Esas palabras avivaron el fuego que ardía bajo mi pecho, ya que eso quería decir que ella existía y que no era producto de mi imaginación. Durante más de una semana cada noche estuve debajo de un soportal que daba a la plaza donde la había visto. Hasta esta noche. Esta noche sabia que élla iba a aparecer, algo en mi corazón me decía que seria esta noche. Estuve esperando durante oras, hasta que cuando los parados ya se me caían por el cansancio, la vi. Estaba tan hermosa como aquella noche imbuida en ese resplandor plateado. Salí de mi escondite hacia ella, ni siquiera Dios o la muerte serian capaces de separarme de ella durante más tiempo. Cuando llegue hacia ella mi cuerpo se movía solo, la aparte una de sus manos del rostro y durante los siguientes segundos, solo recuerdo que mi alma salia de mis labios y se unía a la de ella en un placer incalculable. Este es solo el principio de un amor entre dos alocados e ingenuos jóvenes, yo no daré final a la historia, sino que la dejare con este punto y seguido para que sean vuestras ociosas mente las que le den el punto y final.
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miércoles, 3 de octubre de 2007
Buenas, aquí os pongo mi Cuento 6. Lo he escrito ya que estos días que están resultando un tanto lluviosos. Espero que sintáis lo mismo que élla cada vez que llueve o por lo menos que guste el relato. Ciaoooooooo
Bajo la lluvia
Era temprano y élla salia de su casa. Al segundo pie que ponía en la acera de la calle una gota caía del cielo y cayó sobre su nariz. Se detuvo. Instantáneamente una pequeña sonrisa afloró de sus delicados labios. Élla sabia que la tormenta era inminente y para élla los días lluviosos eran algo especial. Esa mañana élla debía haber cogido el autobús para ir a clase pero iba bien de tiempo y decidió ir andando. Cada vez llovía más fuerte. Empezó a andar con paso decidido por la calle mientras veía a las demás personas protegerse del agua con paraguas o andando por el borde de la calle para salvaguardarse en los edificios, élla no hacia ni lo uno ni lo otro. Élla iba por el medio de la calle para que el agua de los cielos le llegara de la forma más directa posible. Mientras andaba sentía que cada gota de agua que le llegaba a la cara la iba animando más y más. Por que élla no pensaba que dentro de un rato estaría empapada y fría, élla disfrutaba el momento. Élla disfrutaba sintiendo el agua recorrer su cuerpo, su cara, sus ojos, sus labios, para más tarde ser secada por su ropa. Para élla eso era un placer, para élla eso era como si un ser divino la tocara suavemente. Para élla el ser mojada por la lluvia le daba cierta sensación de libertad, ella no estaba atada a un pensamiento que la obligaba el llevar un paraguas o el ponerse un periódico sobre la cabeza para no ser mojado, sino que era libre para serlo. Para élla tenia otro carácter importante, élla pensaba que el agua de la lluvia nos libera de todo pensamiento innecesario mientras alzamos nuestras caras hacia el cielo y esperamos que decenas de gotitas impacten en nuestro rostro y sintamos que ellas recorrieran nuestro cuerpo, por que mientras disfrutamos de esas sensaciones, olvidamos todo lo que ocurre al rededor de nosotros, por que quedamos extasiados por esas sensaciones. Al llegar a clase estaba más mojada de lo que había pensado, habría de pasar varias clases hasta secarse por completo, pero daba igual, sabia que merecía la pena por que lo que había sentido debajo de ese llanto celestial. Élla al llegar a clase se apeno al ver a sus compañeros secos, ya que nunca entenderían lo que uno puede experimentar bajo de la lluvia.
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domingo, 23 de septiembre de 2007
Buenas, os pongo aquí mi Cuento 5. Esta es un poco, no enteramente, mi visión actual. Yo no estoy tan pesimista como el protagonista. Espero que os guste, es casi como veo el año que me queda en el instituto. Ciaooooooooooooooo
Un mal año
Un día más, como todos los anteriores y todos los siguientes, él se despierta. Mira el reloj. Ya es la ora, piensa mientras se frota los ojos en un intento de ver mejor entre la oscuridad. El sol todavía no a salido. Baja de la cama, pone música y se dirige al baño. Se lava la cara. Mientras apoya las manos en el lavabo, se mira al espejo y piensa, ¿por qué me levanto otro día más?.
Se viste y desayuna lo esencial para poder moverse hasta el instituto. Sale de casa, se pone otra vez música haciendo un intento de aislarse de la gente de la calle para ir tranquilo al instituto. Coger el metro o el autobús le da igual, en los dos habrá gente, habrá ruido, habrá cosas que no le gusta. Al llegar se quita los cascos, guarda el mp3 en la mochila y se dirige con paso lento a su clase. Saluda con breves palabras a la gente que le ve y deja su mochila en el sitio que le han dicho que se siente. Se dirige a la puerta de la clase ya que en la clase hay demasiada gente. Mientras que la gente habla o pasa de largo, él se queda pensando en sus cosas, piensa que si no hay nada bueno que decir es mejor estar callado ya que los comentarios superfluos de sus compañeros le da igual. Durante las clases hace lo que todo el mundo hace, intenta seguir el orden de la clase copiando lo que intenta enseñar un profesor, pero a él realmente le da igual lo que diga ya que pocas veces lo que le enseñan le motiva para seguir. Durante los recreos, él se siente mejor, ya que habla con sus amigos y eso es lo único que por el momento le hace ir al instituto, ya que para él lo que ellos dicen sí le importa y sí le gusta estar con ellos. Al sonar el timbre de salida de última ora, en cierta medida se alegra. Mientras que vuelve a casa él piensa lo que le deparara el resto del día: comerá, dormirá un rato, estudiara o hará que estudia, se meterá durante un rato relajante bajo un grifo de agua caliente, cenará, verá la tele, se volverá a dormir y volverá a despertarse para afrontar un nuevo día como el de hoy o como el anterior o el anterior a ese. Piensa que ya esta harto de tanto aburrimiento, quiere despertar, quiere hacer algo nuevo, quiere ser otra persona con una vida más emocionante. Pero eso no ocurrirá en mucho tiempo ya que él sabe que este año, para él sera un mal año o por lo menos eso es lo que parece.
Un mal año
Un día más, como todos los anteriores y todos los siguientes, él se despierta. Mira el reloj. Ya es la ora, piensa mientras se frota los ojos en un intento de ver mejor entre la oscuridad. El sol todavía no a salido. Baja de la cama, pone música y se dirige al baño. Se lava la cara. Mientras apoya las manos en el lavabo, se mira al espejo y piensa, ¿por qué me levanto otro día más?.
Se viste y desayuna lo esencial para poder moverse hasta el instituto. Sale de casa, se pone otra vez música haciendo un intento de aislarse de la gente de la calle para ir tranquilo al instituto. Coger el metro o el autobús le da igual, en los dos habrá gente, habrá ruido, habrá cosas que no le gusta. Al llegar se quita los cascos, guarda el mp3 en la mochila y se dirige con paso lento a su clase. Saluda con breves palabras a la gente que le ve y deja su mochila en el sitio que le han dicho que se siente. Se dirige a la puerta de la clase ya que en la clase hay demasiada gente. Mientras que la gente habla o pasa de largo, él se queda pensando en sus cosas, piensa que si no hay nada bueno que decir es mejor estar callado ya que los comentarios superfluos de sus compañeros le da igual. Durante las clases hace lo que todo el mundo hace, intenta seguir el orden de la clase copiando lo que intenta enseñar un profesor, pero a él realmente le da igual lo que diga ya que pocas veces lo que le enseñan le motiva para seguir. Durante los recreos, él se siente mejor, ya que habla con sus amigos y eso es lo único que por el momento le hace ir al instituto, ya que para él lo que ellos dicen sí le importa y sí le gusta estar con ellos. Al sonar el timbre de salida de última ora, en cierta medida se alegra. Mientras que vuelve a casa él piensa lo que le deparara el resto del día: comerá, dormirá un rato, estudiara o hará que estudia, se meterá durante un rato relajante bajo un grifo de agua caliente, cenará, verá la tele, se volverá a dormir y volverá a despertarse para afrontar un nuevo día como el de hoy o como el anterior o el anterior a ese. Piensa que ya esta harto de tanto aburrimiento, quiere despertar, quiere hacer algo nuevo, quiere ser otra persona con una vida más emocionante. Pero eso no ocurrirá en mucho tiempo ya que él sabe que este año, para él sera un mal año o por lo menos eso es lo que parece.
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martes, 18 de septiembre de 2007
Hey, como ya dije aqui os dejo con las Crónica 2, esta vez es El ligue del cani en las fiestas. Esta la a escrito mi amiga Irene, ya que fue ella quien estuvo en las susodichas fiestas y pudo anotar en su cuaderno las siguientes conclusiones:
Paso 1 (La vestimenta): El cani común sale de su casa hacia las 11.00 p.m, su atuendo está compuesto por una camisa abierta, mostrando así el único pelo en el pecho que posee, motivo de orgullo (a veces la longitud del mismo es el indicador del rango del susodicho), aunque en ocasiones, ésta puede ser sustituida por una camiseta negra o blanca, adornada con motivos dorados, entre los que se puede leer :Mafias, FBI, Fabrik, Sonrrie si quieres follar, Me faltan dos p’a un trio, Soy una maquina sexual...etc. Complementando lo anterior, unos pantalones, mínimo dos tallas más pequeñas de la verdadera talla del cani, que se sentirá realmente cómodo en el momento en que empiece a notar que su repiración flaquea victima de la presión. Además, siempre llevará consigo, sus zapatillas Nike TN, conocidas comúnmente como “lah muelleh”, o en caso de fiesta, unos zapatos blancos acabados en punta, que les serán de gran utilidad en caso de pelea con otros canis. Y para finalizar, pero no menos importante, “los oros” o conjunto de cadenas, cordones, rosarios, pendientes, piercings, sellos y anillos (siempre en forma de indio, león, aguila u otras formas extremadamente horteras), la cantidad y calidad de oro que el cani puede portar, le da autoridad sobre otros canis a los que a partir de ahora los denominaremos “soldados rasos" ya que son iguales que el recluta patoso de La chaqueta metalica.
Así pues, el cani, llega al lugar de encuentro, donde acordó encontrarse previamente con los primushelos (La esquina de su casa o la tienda de chuches), adornado, como colofón con lo que llamaremos “peinado cenicero” o "peinado de los 7 cates (este nombre tambien se le da ya que normalmente a los canis tienen 7 canis en su boletin de notas, ya que gimnasia, recreo y dibujo lo aprovaria un mono borracho)" personalizado a su gusto, en ocasiones con varios kilos de gomina más, o en su defecto con las encantadoras greñas ( pueden estar teñidas de rubio) que cubren la parte anterior de su cabeza.
Paso 1 (La vestimenta): El cani común sale de su casa hacia las 11.00 p.m, su atuendo está compuesto por una camisa abierta, mostrando así el único pelo en el pecho que posee, motivo de orgullo (a veces la longitud del mismo es el indicador del rango del susodicho), aunque en ocasiones, ésta puede ser sustituida por una camiseta negra o blanca, adornada con motivos dorados, entre los que se puede leer :Mafias, FBI, Fabrik, Sonrrie si quieres follar, Me faltan dos p’a un trio, Soy una maquina sexual...etc. Complementando lo anterior, unos pantalones, mínimo dos tallas más pequeñas de la verdadera talla del cani, que se sentirá realmente cómodo en el momento en que empiece a notar que su repiración flaquea victima de la presión. Además, siempre llevará consigo, sus zapatillas Nike TN, conocidas comúnmente como “lah muelleh”, o en caso de fiesta, unos zapatos blancos acabados en punta, que les serán de gran utilidad en caso de pelea con otros canis. Y para finalizar, pero no menos importante, “los oros” o conjunto de cadenas, cordones, rosarios, pendientes, piercings, sellos y anillos (siempre en forma de indio, león, aguila u otras formas extremadamente horteras), la cantidad y calidad de oro que el cani puede portar, le da autoridad sobre otros canis a los que a partir de ahora los denominaremos “soldados rasos" ya que son iguales que el recluta patoso de La chaqueta metalica.
Así pues, el cani, llega al lugar de encuentro, donde acordó encontrarse previamente con los primushelos (La esquina de su casa o la tienda de chuches), adornado, como colofón con lo que llamaremos “peinado cenicero” o "peinado de los 7 cates (este nombre tambien se le da ya que normalmente a los canis tienen 7 canis en su boletin de notas, ya que gimnasia, recreo y dibujo lo aprovaria un mono borracho)" personalizado a su gusto, en ocasiones con varios kilos de gomina más, o en su defecto con las encantadoras greñas ( pueden estar teñidas de rubio) que cubren la parte anterior de su cabeza.
-Marcas de las que se nutrirá el cani: El niño, Nike, Rip Curl, Distrito 16...
Paso 2 (El encuentro): Al alcanzar su destino y encontrarse con el resto de su manada, el cani deberá llevar a cabo una conversación tipo:
-Illoh! Que tarde que meh vieneh! Hemoh tao eperandoteh Er Mafias, Er Shulo, Er Farru y yoh en la plasha toa la tardeh! Vete a shupalah!
Paso 2 (El encuentro): Al alcanzar su destino y encontrarse con el resto de su manada, el cani deberá llevar a cabo una conversación tipo:
-Illoh! Que tarde que meh vieneh! Hemoh tao eperandoteh Er Mafias, Er Shulo, Er Farru y yoh en la plasha toa la tardeh! Vete a shupalah!
-Habeh que quiereh que le haga? Deja de queharte y cómeme la poyah, illo nos vamoh o que?
(Evidentemente todos los canis nombrados en la anterior conversación van vestidos igual)
Paso 3 (La llegada al lugar de la fiesta): La llegada al lugar de la fiesta se produce cuando el coche atestado de canis (pero no sentados el uno encima del otro, lo cual sería deshonroso) lleva a cabo su aparición estelar, la cual está destinada en todos sus aspectos a llamar la atención de las canis hembra del lugar.
El coche en cuestión siempre será un SEAT León, o en su defecto SEAT Ibiza, adornado con la correspondiente pegatina de “ El niño”, alerón o luces de neón que el cani consiguió tras trabajar todo el año en la empresa de su padre por las tardes. Además, en el momento cumbre de la aparición, el coche deberá llevar la canción cani del verano, ya sea regaetton, bacalao o algo indescriptible, todo lo alto posible.
De este modo, en el momento en que los canis bajen del coche, podrán bailarla sin problema alguno, y además les servirá como aviso de su llegada.
Acto seguido, tras abandonar el vehículo, los canis realizarán las siguientes acciones:
(Evidentemente todos los canis nombrados en la anterior conversación van vestidos igual)
Paso 3 (La llegada al lugar de la fiesta): La llegada al lugar de la fiesta se produce cuando el coche atestado de canis (pero no sentados el uno encima del otro, lo cual sería deshonroso) lleva a cabo su aparición estelar, la cual está destinada en todos sus aspectos a llamar la atención de las canis hembra del lugar.
El coche en cuestión siempre será un SEAT León, o en su defecto SEAT Ibiza, adornado con la correspondiente pegatina de “ El niño”, alerón o luces de neón que el cani consiguió tras trabajar todo el año en la empresa de su padre por las tardes. Además, en el momento cumbre de la aparición, el coche deberá llevar la canción cani del verano, ya sea regaetton, bacalao o algo indescriptible, todo lo alto posible.
De este modo, en el momento en que los canis bajen del coche, podrán bailarla sin problema alguno, y además les servirá como aviso de su llegada.
Acto seguido, tras abandonar el vehículo, los canis realizarán las siguientes acciones:
- Gritarán el saludo común, de modo que todo el mundo pueda confirmar su llegada: Qué pasha locossssss?
-Realizarán un sondeo general con el objetivo de evaluar a las canis hembras del lugar.
-Engancharán la primera botella de alcohol que vean, lo cual les dotará de la fuerza necesaria para el ritual de apareamiento.
Paso 4 (El momento del apareamiento): Cuando el cani ha localizado a la hembra objetivo de su futuro ritual, se acerca a esta ( botella de alcohol en mano) bailando disimuladamente, hasta que están lo suficientemente cerca como para que ella pueda escuchar el ya conocido “mírala que reshulona ella, no es guapa la niña ni ná!”. Sentadas ya de esta manera las bases de la conversación, el cani procederá a dejar caer su invitación: Has visto ese coche que hay ahí? Pues es mio...si quiereh te doy una vuelta a onde tú quierah guapa!, probablemente, la cani hembra ría ante esta prematura invitación, aunque la rechazará con una sutil negativa, alegando a la responsabilidad de cuidar a sus amigas ( todas ellas borrachas tiradas en el suelo y vomitando), pero le dará su móvil, ante lo cual, el cani se sentirá terriblemente henchido de orgullo, y realizará varios intentos más a lo largo de la noche, ya sea con la misma hembra o con otras distintas. Ahora bien, hay que tener en cuenta, que la versión que sus amigos de la manada escucharán a la mañana siguiente, no será ni mucho menos esta, si no que tendrá pequeños matices y pinceladas diferentes, como la afirmación de que se lió con cinco, eso claro está, como poco en el asiento de detrás de su, ya mencionado anteriormente, SEAT León.
Paso 4 (El momento del apareamiento): Cuando el cani ha localizado a la hembra objetivo de su futuro ritual, se acerca a esta ( botella de alcohol en mano) bailando disimuladamente, hasta que están lo suficientemente cerca como para que ella pueda escuchar el ya conocido “mírala que reshulona ella, no es guapa la niña ni ná!”. Sentadas ya de esta manera las bases de la conversación, el cani procederá a dejar caer su invitación: Has visto ese coche que hay ahí? Pues es mio...si quiereh te doy una vuelta a onde tú quierah guapa!, probablemente, la cani hembra ría ante esta prematura invitación, aunque la rechazará con una sutil negativa, alegando a la responsabilidad de cuidar a sus amigas ( todas ellas borrachas tiradas en el suelo y vomitando), pero le dará su móvil, ante lo cual, el cani se sentirá terriblemente henchido de orgullo, y realizará varios intentos más a lo largo de la noche, ya sea con la misma hembra o con otras distintas. Ahora bien, hay que tener en cuenta, que la versión que sus amigos de la manada escucharán a la mañana siguiente, no será ni mucho menos esta, si no que tendrá pequeños matices y pinceladas diferentes, como la afirmación de que se lió con cinco, eso claro está, como poco en el asiento de detrás de su, ya mencionado anteriormente, SEAT León.
Esto a sido demostrado inumerables veces en las fiestas de Jaén.
Etiquetas: Crónicas
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miércoles, 12 de septiembre de 2007
Buenas, después de 3 meses sin escribir nada diré en mi favor únicamente que el verano es una amante exigente y que hasta hace unos pocos días estaba en la playa. Hoy pondré una nueva sección Crónicas. En la Crónica 1 de hoy sera El ligue del cani en la playa, una detallada guia de como realizan su ritual de apareamiento.
1º Paso: Un grupo de canis llegan a la playa y dejan sus cosas cerca de un grupo de canis hembra o cerca de un cubo de basura.
2º Paso: El grupo se dirije sin miramientos hacia el agua para demostrar a las hembras que no tienen frió al agua.
3º Paso: Después de aver engullido como cerdos los bocatas hechos por sus madres, ya que un cani nunca toca una sartén, uno de ellos saca una pelota y se ponen a darse balonazos. Recordamos que todo esto se hace para que las canis hembras se den cuenta de lo hombres que son.
4º Paso: Luego de aver acabado rojo de los balonazos, dejan el balón y deciden hacer piruetas, véase mortales, volteretas laterales y cosas por el estilo, con cierta tendencia a que acaben tragando un par de kilos de arena por si todavía les quedaba hambre.
5º Paso : Ya como paso final deciden demostrar lo hombres que son (o borricos, depende de como se mire), uno grita !lucha¡ y todos ellos intentan hacer una versión cutre de los combates de lucha libre, como en el paso anterior otro buen numero de canis acaban ingeriendo unos cuantos bocaos de tierra. Mientras que los canis jóvenes se dedican a ello el cani alfa se dirije a las canis hembras y pregunta si su ritual de apareamiento a tenido éxito. En ese momento se procede al intercambio de msn o móviles en su defecto, información que el cani alfa distribuirá como le salga de las pelotas entre su manada. Después de eso el cani alfa se vuelve hacia su manada para demostrar que el es el más fuerte así que se golpea el pecho con los puños en plan gorila macho de espalda plateada de las selvas del congo y se pone a repartir puñetazos a cascoporro. En estos momentos algún joven cani puede retar al cani alfa por el dominio de la manada.
6º Paso : Los canis abandonan la playa, siempre después de las canis hembras para así demostrar lo tarde que pueden llegar a casa, con la sonrisa del trabajo bien echo.
Esto a sido demostrado un gran número de veces en las playas de Cádiz.
1º Paso: Un grupo de canis llegan a la playa y dejan sus cosas cerca de un grupo de canis hembra o cerca de un cubo de basura.
2º Paso: El grupo se dirije sin miramientos hacia el agua para demostrar a las hembras que no tienen frió al agua.
3º Paso: Después de aver engullido como cerdos los bocatas hechos por sus madres, ya que un cani nunca toca una sartén, uno de ellos saca una pelota y se ponen a darse balonazos. Recordamos que todo esto se hace para que las canis hembras se den cuenta de lo hombres que son.
4º Paso: Luego de aver acabado rojo de los balonazos, dejan el balón y deciden hacer piruetas, véase mortales, volteretas laterales y cosas por el estilo, con cierta tendencia a que acaben tragando un par de kilos de arena por si todavía les quedaba hambre.
5º Paso : Ya como paso final deciden demostrar lo hombres que son (o borricos, depende de como se mire), uno grita !lucha¡ y todos ellos intentan hacer una versión cutre de los combates de lucha libre, como en el paso anterior otro buen numero de canis acaban ingeriendo unos cuantos bocaos de tierra. Mientras que los canis jóvenes se dedican a ello el cani alfa se dirije a las canis hembras y pregunta si su ritual de apareamiento a tenido éxito. En ese momento se procede al intercambio de msn o móviles en su defecto, información que el cani alfa distribuirá como le salga de las pelotas entre su manada. Después de eso el cani alfa se vuelve hacia su manada para demostrar que el es el más fuerte así que se golpea el pecho con los puños en plan gorila macho de espalda plateada de las selvas del congo y se pone a repartir puñetazos a cascoporro. En estos momentos algún joven cani puede retar al cani alfa por el dominio de la manada.
6º Paso : Los canis abandonan la playa, siempre después de las canis hembras para así demostrar lo tarde que pueden llegar a casa, con la sonrisa del trabajo bien echo.
Esto a sido demostrado un gran número de veces en las playas de Cádiz.
Etiquetas: Crónicas
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sábado, 2 de junio de 2007
Buenas aquí os dejo otro cuento, el Cuento 4. La historia principal la empezaré a escribir después de los exámenes. Este es una especie de dialogo entre 2 personas, en el que solo habla una de ellas. No es nada nuevo, solo esta chulo por la forma en la que esta escrito. Ciaoooooooo
Despertar
-Abre los ojos.
-Duele ¿verdad?
-No te preocupes , es normal, ya que nunca antes los habías usado.
-Ahora que puedes mira a tu alrededor y dime si esto es lo que tu querías hacer.
-¿Qué esto no era lo que querías hacer?, Entonces ¿por qué lo as echo?.
-¿Por qué te lo dijeron ellos? y ¿Por qué no les dijiste nada?.
-¿Por qué no sabias lo que hacías?.
-Ahora te diré la única verdad.
-Tenias miedo, tenias miedo a pensar, a tomar decisiones, en otras palabras a ser tú.
-Y por eso hiciste lo que los otros te decían amparándote en una falsa seguridad de que hacías lo correcto.
-Pero ellos hicieron algo, te taparon los ojos para que no vieras nada.
-Pero ahora eso a cambiado, ahora ya ves, ahora ya sientes, ahora ya no vas a tener miedo.
-Ahora vas a vivir tu vida, vas a tomar tú las decisiones y no te preocupes por que si las elijes sabiamente nunca te arrepentirás.
-Yo solo te he podido enseñar la puerta, tu la tienes que cruzar.
-¿Qué quien soy yo?.
-Eso no importa, por que no te preguntas ¿quién eras tu antes?.
Despertar
-Abre los ojos.
-Duele ¿verdad?
-No te preocupes , es normal, ya que nunca antes los habías usado.
-Ahora que puedes mira a tu alrededor y dime si esto es lo que tu querías hacer.
-¿Qué esto no era lo que querías hacer?, Entonces ¿por qué lo as echo?.
-¿Por qué te lo dijeron ellos? y ¿Por qué no les dijiste nada?.
-¿Por qué no sabias lo que hacías?.
-Ahora te diré la única verdad.
-Tenias miedo, tenias miedo a pensar, a tomar decisiones, en otras palabras a ser tú.
-Y por eso hiciste lo que los otros te decían amparándote en una falsa seguridad de que hacías lo correcto.
-Pero ellos hicieron algo, te taparon los ojos para que no vieras nada.
-Pero ahora eso a cambiado, ahora ya ves, ahora ya sientes, ahora ya no vas a tener miedo.
-Ahora vas a vivir tu vida, vas a tomar tú las decisiones y no te preocupes por que si las elijes sabiamente nunca te arrepentirás.
-Yo solo te he podido enseñar la puerta, tu la tienes que cruzar.
-¿Qué quien soy yo?.
-Eso no importa, por que no te preguntas ¿quién eras tu antes?.
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martes, 15 de mayo de 2007
Bueno, aqui os dejo el cuento que escribi para el concurso :P, aun que parezca coña eran 5 folios escritos, cosa que aqui parecen menos. Este sera el Cuento 3.. Ya que estamos os dire que cada vez esto empeora, queda menos para los examenes =( .Y por fin me compre el guante para el billar =), no os dire lo que me costo en pos de vuestra salud mental xD. Apartir de ahora los capitulos seran parte de una historia que ire escribiendo sobre un chico, como empezaba y terminaba los capitulos antes, y los cuentos seran historias distintas como estas. Y sin más dilacióm os dejo, Ciaoooooooooo
Algo más que palabras, ideas
Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora, de evocarla sin dilación…
Así es como empieza una vieja canción que año tras año se canta el cinco de noviembre en toda Nueva Inglaterra. Esa canción versa sobre un hombre. Esa canción trata de unos hechos. Esa canción, es algo más que unas simples palabras. Ese cinco de noviembre todavía se recuerda, no por el calor o el valor de las palabras que componen la canción, sino porque desde ese día se quema cada año al hombre que inspiró esas palabras. Pero… ¿quién es ese hombre?, ¿por qué se le quema año tras año? Esto es lo que pretendo contaros ya que ésta es su historia. La historia de un hombre que no tenía palabras de esclavitud en su mente, sino ideas de justicia, igualdad y libertad. Os contaré su historia como llegó a mí el cinco de noviembre de 1695. Esta es su historia, la historia que inspiró esas palabras, la historia de Guy Fawkes.
En aquella época Inglaterra vivía bajo la tiranía de la reina Isabel I, a quien en 1603 remplazaría el rey Jacobo I. Ellos hicieron de Inglaterra un lugar en el que todos éramos esclavos de sus deseos y ambiciones.
El trece de abril de 1570 era un día especialmente lluvioso, las calles estaban inundadas, los cristales estaban empañados y el ruido de las gotas de lluvia cayendo sobre las hojas verdes de los árboles, hacían que el populacho se quedara en sus casas o en la posada “The Pracing Pong” o en alguna otra posada de mala muerte de la ciudad de York.
Dos calles a la derecha y una hacia la izquierda de la taberna, justo enfrente de al zapatería del viejo William estaba la casa de Jack Fawkes, el notario de la cuidad. Ese día su mujer dio a luz un niño, su primogénito, un varón, Guy Fawkes. Por desgracia ese día su mujer murió. La divina providencia le arrebató a la única mujer que había amado, a la única que había besado, a la única, que había querido. Para Jack Fawkes fue un día dulce y amargo, triste y alegre… de dualidad, de sentimientos encontrados para él ese día nunca podría ser contado con palabras.
Durante su infancia Guy fue un niño normal, se podría decir que fue la época más feliz de su vida. Fue algo más importante que las creencias religiosas o las ciencias con las que había sido educado lo que le hizo un hombre tan extraordinario. Los años anteriores Jack le había enseñado algo, le iba enseñando a pensar por sí mismo. Le había enseñado a tener ideas propias, no palabras vacías en su mente, porque son esas palabras las que construyen nuestras prisiones, las que nos atan, las que nos condenan y las que nos encierran en una prisión de la que no hay salida posible. Nos encierran en una vida sin elecciones, sin cambios, sin mejoras. Jack lo sabía y se lo enseñó a Guy. Ese año Guy vio los barrotes con los que estaba condenado a vivir, pero, se dio cuenta de que no hay que tenerles miedo, porque mientras conservemos un trocito, por pequeño que sea, de nosotros mismos, de nuestro orgullo, de nuestro valor, de nuestros recuerdos, ese trocito jamás debemos entregar ni vender ni tirar. Mientras conservemos ese trocito nada estará perdido, por que con ese trocito y nuestros ideales seremos capaces de crear la llave de nuestra libertad.
Algo más que palabras, ideas
Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora, de evocarla sin dilación…
Así es como empieza una vieja canción que año tras año se canta el cinco de noviembre en toda Nueva Inglaterra. Esa canción versa sobre un hombre. Esa canción trata de unos hechos. Esa canción, es algo más que unas simples palabras. Ese cinco de noviembre todavía se recuerda, no por el calor o el valor de las palabras que componen la canción, sino porque desde ese día se quema cada año al hombre que inspiró esas palabras. Pero… ¿quién es ese hombre?, ¿por qué se le quema año tras año? Esto es lo que pretendo contaros ya que ésta es su historia. La historia de un hombre que no tenía palabras de esclavitud en su mente, sino ideas de justicia, igualdad y libertad. Os contaré su historia como llegó a mí el cinco de noviembre de 1695. Esta es su historia, la historia que inspiró esas palabras, la historia de Guy Fawkes.
En aquella época Inglaterra vivía bajo la tiranía de la reina Isabel I, a quien en 1603 remplazaría el rey Jacobo I. Ellos hicieron de Inglaterra un lugar en el que todos éramos esclavos de sus deseos y ambiciones.
El trece de abril de 1570 era un día especialmente lluvioso, las calles estaban inundadas, los cristales estaban empañados y el ruido de las gotas de lluvia cayendo sobre las hojas verdes de los árboles, hacían que el populacho se quedara en sus casas o en la posada “The Pracing Pong” o en alguna otra posada de mala muerte de la ciudad de York.
Dos calles a la derecha y una hacia la izquierda de la taberna, justo enfrente de al zapatería del viejo William estaba la casa de Jack Fawkes, el notario de la cuidad. Ese día su mujer dio a luz un niño, su primogénito, un varón, Guy Fawkes. Por desgracia ese día su mujer murió. La divina providencia le arrebató a la única mujer que había amado, a la única que había besado, a la única, que había querido. Para Jack Fawkes fue un día dulce y amargo, triste y alegre… de dualidad, de sentimientos encontrados para él ese día nunca podría ser contado con palabras.
Durante su infancia Guy fue un niño normal, se podría decir que fue la época más feliz de su vida. Fue algo más importante que las creencias religiosas o las ciencias con las que había sido educado lo que le hizo un hombre tan extraordinario. Los años anteriores Jack le había enseñado algo, le iba enseñando a pensar por sí mismo. Le había enseñado a tener ideas propias, no palabras vacías en su mente, porque son esas palabras las que construyen nuestras prisiones, las que nos atan, las que nos condenan y las que nos encierran en una prisión de la que no hay salida posible. Nos encierran en una vida sin elecciones, sin cambios, sin mejoras. Jack lo sabía y se lo enseñó a Guy. Ese año Guy vio los barrotes con los que estaba condenado a vivir, pero, se dio cuenta de que no hay que tenerles miedo, porque mientras conservemos un trocito, por pequeño que sea, de nosotros mismos, de nuestro orgullo, de nuestro valor, de nuestros recuerdos, ese trocito jamás debemos entregar ni vender ni tirar. Mientras conservemos ese trocito nada estará perdido, por que con ese trocito y nuestros ideales seremos capaces de crear la llave de nuestra libertad.
Era una mañana clara de primavera, ya habían aparecido las primeras flores en los árboles y las rosas maravillaban a los transeúntes con sus pétalos en su mayoría de un rojo intenso. Esa mañana de 1589 unos soldados del rey ejecutaron a Jack Fawkes y a otros hombres del pueblo. Ellos intentaban salvar algunas vidas de la ciudad ya que muchas personas morían de hambre día tras día por la incompetencia del rey para alimentar a su pueblo. Querían asaltar unos de los innumerables graneros de los que disponía la corte para alimentar a sus amigos, vecinos, hermanos que se morían de inanición.
Ese día murió un hombre pero con su muerte se activó un detonador. Ese detonador era su hijo, Guy Fawkes, y la pólvora que daría una explosión épica fueron sus recuerdos y las enseñanzas que Jack había colocado día tras día en su mente. Y sabía que la explosión pasaría a la historia.
Durante el siguiente año Guy fue disponiendo las piezas. Las fue colocando con el máximo cuidado, sabía que el más mínimo fallo le costaría algo más que la vida. Cuando lo tuvo todo pensado y colocado, escribió en un trozo de papel una parte de sus pensamientos:
—Todas las piezas están ante mí, sólo hace falta un pequeño empujón en una de ellas y la gran mentira a la que ahora llamamos gobierno, justicia, libertad, caerán por las voces de un pueblo que clama igualdad.
Al año siguiente Guy empujó la ficha embarcándose hacia algo más que una venganza: una meta, un sueño.
Durante algunos años Guy sirvió en los ejércitos españoles con un grupo de exiliados británicos. Allí aprendió cosas que le serían necesarias para su venganza: aprendió sobre el valor y el orgullo de los hombres y sobre el detonador de su plan, aprendió sobre la pólvora. Todo esto lo fur posible gracias a la ayuda de un solo hombre. Un hombre que le habló de una idea, la que haría de Inglaterra la tierra de sus sueños. Le habló sobre la anarquía, de un mundo sin líderes, donde los hombres libres seguirían sus propias ideas sin depender ni obedecer las palabras de sus corruptos líderes. Este hombre se llamaba Alberto Díaz y le contó que había sido un hombre de letras y que por exponer sus ideas revolucionarias fue condenado a servir en los Tercios Viejos hasta morir en manos del enemigo.
En 1601 en el asalto a un fuerte holandés una bala perdida hirió en el corazón a su amigo, el único que tenia, dándole muerte en los brazos de Guy. Las tres últimas palabras que le dijo a Guy se las dijo de una forma tan apasionada que parecía que se las estuviera diciendo el mismísimo Dios. A los tres meses, después de ver que no le quedaba nada para seguir en el frente, se encontraba desembarcando en Inglaterra para empezar la escena final de su obra.
En 1603 con no más que unos peniques en los bolsillos se estableció es Londres, una ciudad que clamaba libertad, pero que sus voces eran silenciadas a no menos de un murmullo por la corona. Pero Guy le daría tal intensidad que cambiarían los roles: ya el pueblo no temería a los gobernantes, sino que los gobernantes temerían al pueblo. Guy tenía muy claro lo que tenía que hacer, tenía que destruir el eje de todo, tenía que destruir el parlamento, pero tenía que hacerlo con el rey y con todos los parlamentarios dentro, con todas las personas que habían cambiado el significado de las palabras justicia, igualdad y libertad.
Con todos ellos muertos un nuevo mundo sería posible, un mundo de haz-lo-que-quieras.
Guy tardo dos años en reunir todo lo que le hacia falta para llevar a cabo su venganza, su meta, su sueño. Hombres que querían ver un mundo mejor le ayudaron. En 1605 Guy y sus hombres alquilaron un sótano debajo del parlamento y lo llenaron con treinta y seis barriles de pólvora que Guy había preparado con sumo cuidado. A cada uno de esos barriles les había añadido las tres palabras, en un rojo escarlata, que su amigo dijo antes de morir.
El día señalado fue el cinco de octubre de 1605, ese día Inglaterra renacería de entre las llamas: ese día estaba previsto que toda la corte visitara el parlamento en plena sesión como cada año se hacía. Por desgracia se declaro una alarma de peste en todo Londres y la visita de la corte se pospuso hasta el cinco de noviembre.
La víspera del gran día de la reconstrucción, Guy se encontraba comprobando el estado de la pólvora, cuando paso lo impensable uno de sus hombres le había traicionado. De repente, las fichas que habían estado cayendo desde el día que se embarco hacia Flandes hasta ese momento se detuvieron. Las fichas fueron detenidas por el deseo de los hombres. Un deseo de poder, de fama, de dinero. Guy tenía una visión de la condición humana que no era cierta. Durante la guerra había visto el valor y el orgullo de los hombres, pero como se dio cuenta, el ser humano no reacciona de la misma forma ante una espada que ante una lustrosa bolsa de dinero. El creía que los hombres no vendían su libertad ni sus ideales al mejor postor.
Una guarnición de la guardia del rey, como paso años atrás fue quien le arresto y le llevó a una prisión. Le torturaron para que confesara sobre sus cómplices, pero Guy no entregó ese pequeño trocito ni vendió sus ideales, él, aunque estaba detrás de unos barrotes se sentía libre y no tenía miedo a morir.
El complot de la pólvora fue desmantelado, condenando a Inglaterra a otros muchos años de poder monárquico y totalitario, hasta que la revolución de 1688 los hombres consiguieron algo de autodeterminación quitando parte de su poder al rey. Pero las ideas de Guy siguen entre nosotros esperando que algún hombre sea capaz de hacer un mundo mejor.
El 31 de enero de 1606 Guy Fawkes fue ejecutado enfrente del sito que pensaba destruir en pos de ese mundo mejor, frente al numeroso pueblo de Londres al que pretendía liberar de las cadenas de la opresión. Desde ese día es un hombre odiado, repudiado. Justo antes de morir como última voluntad Guy pidió que se le dejara hablar ante el pueblo y éstas son las últimas palabras, mejor dicho ideas, que pronunció:
—Os habéis reunido hoy para verme morir, no negaré que no sea motivo suficiente para venir, pero he pensado en daros algo más. Os daré parte de las ideas que moran en mi mente. Pueden que no sirvan de mucho, pero quien sienta lo que yo siento, quien vea lo que yo veo, quien persiga lo que yo persigo, esas personas, no escucharan palabras vacías como las que dice nuestro rey. Escucharán ideas de justicia, igualdad y libertad. Quiero deciros que habéis estado demasiados años aletargados en vuestros hogares disfrutando de una falsa seguridad, de una falsa realidad. Como he dicho antes, habéis estado dormidos, dejando que os controlen como simples marionetas de un teatrillo callejero. Un hombre dijo que cada uno de nosotros es un actor que le toca representar un papel en esta vida, debéis ser actores que representan su vida, no marionetas que representan las ideas de un titiritero. Es hora de despertar, es hora de que reclaméis lo que es vuestro, de vivir vuestras vidas sin que tengáis que arrepentiros nunca por vuestras decisiones porque serán vuestras y de nadie más. Yo he vivido una vida corta, pero no me arrepiento de nada por que todo lo he hecho yo. Hoy en realidad no moriré, en este cuerpo no hay carne que quemar ni vida que quitar. En este cuerpo solo hay un ideal. Y los ideales no pueden ser capturados ni erradicados, porque los ideales no sangran, no lloran, no mueren.
Guy Fawkes en su último suspiro de vida y con toda la fuerza de su voz gritó sólo tres palabras:
— ¡Libertad para siempre!
Ese día murió un hombre pero con su muerte se activó un detonador. Ese detonador era su hijo, Guy Fawkes, y la pólvora que daría una explosión épica fueron sus recuerdos y las enseñanzas que Jack había colocado día tras día en su mente. Y sabía que la explosión pasaría a la historia.
Durante el siguiente año Guy fue disponiendo las piezas. Las fue colocando con el máximo cuidado, sabía que el más mínimo fallo le costaría algo más que la vida. Cuando lo tuvo todo pensado y colocado, escribió en un trozo de papel una parte de sus pensamientos:
—Todas las piezas están ante mí, sólo hace falta un pequeño empujón en una de ellas y la gran mentira a la que ahora llamamos gobierno, justicia, libertad, caerán por las voces de un pueblo que clama igualdad.
Al año siguiente Guy empujó la ficha embarcándose hacia algo más que una venganza: una meta, un sueño.
Durante algunos años Guy sirvió en los ejércitos españoles con un grupo de exiliados británicos. Allí aprendió cosas que le serían necesarias para su venganza: aprendió sobre el valor y el orgullo de los hombres y sobre el detonador de su plan, aprendió sobre la pólvora. Todo esto lo fur posible gracias a la ayuda de un solo hombre. Un hombre que le habló de una idea, la que haría de Inglaterra la tierra de sus sueños. Le habló sobre la anarquía, de un mundo sin líderes, donde los hombres libres seguirían sus propias ideas sin depender ni obedecer las palabras de sus corruptos líderes. Este hombre se llamaba Alberto Díaz y le contó que había sido un hombre de letras y que por exponer sus ideas revolucionarias fue condenado a servir en los Tercios Viejos hasta morir en manos del enemigo.
En 1601 en el asalto a un fuerte holandés una bala perdida hirió en el corazón a su amigo, el único que tenia, dándole muerte en los brazos de Guy. Las tres últimas palabras que le dijo a Guy se las dijo de una forma tan apasionada que parecía que se las estuviera diciendo el mismísimo Dios. A los tres meses, después de ver que no le quedaba nada para seguir en el frente, se encontraba desembarcando en Inglaterra para empezar la escena final de su obra.
En 1603 con no más que unos peniques en los bolsillos se estableció es Londres, una ciudad que clamaba libertad, pero que sus voces eran silenciadas a no menos de un murmullo por la corona. Pero Guy le daría tal intensidad que cambiarían los roles: ya el pueblo no temería a los gobernantes, sino que los gobernantes temerían al pueblo. Guy tenía muy claro lo que tenía que hacer, tenía que destruir el eje de todo, tenía que destruir el parlamento, pero tenía que hacerlo con el rey y con todos los parlamentarios dentro, con todas las personas que habían cambiado el significado de las palabras justicia, igualdad y libertad.
Con todos ellos muertos un nuevo mundo sería posible, un mundo de haz-lo-que-quieras.
Guy tardo dos años en reunir todo lo que le hacia falta para llevar a cabo su venganza, su meta, su sueño. Hombres que querían ver un mundo mejor le ayudaron. En 1605 Guy y sus hombres alquilaron un sótano debajo del parlamento y lo llenaron con treinta y seis barriles de pólvora que Guy había preparado con sumo cuidado. A cada uno de esos barriles les había añadido las tres palabras, en un rojo escarlata, que su amigo dijo antes de morir.
El día señalado fue el cinco de octubre de 1605, ese día Inglaterra renacería de entre las llamas: ese día estaba previsto que toda la corte visitara el parlamento en plena sesión como cada año se hacía. Por desgracia se declaro una alarma de peste en todo Londres y la visita de la corte se pospuso hasta el cinco de noviembre.
La víspera del gran día de la reconstrucción, Guy se encontraba comprobando el estado de la pólvora, cuando paso lo impensable uno de sus hombres le había traicionado. De repente, las fichas que habían estado cayendo desde el día que se embarco hacia Flandes hasta ese momento se detuvieron. Las fichas fueron detenidas por el deseo de los hombres. Un deseo de poder, de fama, de dinero. Guy tenía una visión de la condición humana que no era cierta. Durante la guerra había visto el valor y el orgullo de los hombres, pero como se dio cuenta, el ser humano no reacciona de la misma forma ante una espada que ante una lustrosa bolsa de dinero. El creía que los hombres no vendían su libertad ni sus ideales al mejor postor.
Una guarnición de la guardia del rey, como paso años atrás fue quien le arresto y le llevó a una prisión. Le torturaron para que confesara sobre sus cómplices, pero Guy no entregó ese pequeño trocito ni vendió sus ideales, él, aunque estaba detrás de unos barrotes se sentía libre y no tenía miedo a morir.
El complot de la pólvora fue desmantelado, condenando a Inglaterra a otros muchos años de poder monárquico y totalitario, hasta que la revolución de 1688 los hombres consiguieron algo de autodeterminación quitando parte de su poder al rey. Pero las ideas de Guy siguen entre nosotros esperando que algún hombre sea capaz de hacer un mundo mejor.
El 31 de enero de 1606 Guy Fawkes fue ejecutado enfrente del sito que pensaba destruir en pos de ese mundo mejor, frente al numeroso pueblo de Londres al que pretendía liberar de las cadenas de la opresión. Desde ese día es un hombre odiado, repudiado. Justo antes de morir como última voluntad Guy pidió que se le dejara hablar ante el pueblo y éstas son las últimas palabras, mejor dicho ideas, que pronunció:
—Os habéis reunido hoy para verme morir, no negaré que no sea motivo suficiente para venir, pero he pensado en daros algo más. Os daré parte de las ideas que moran en mi mente. Pueden que no sirvan de mucho, pero quien sienta lo que yo siento, quien vea lo que yo veo, quien persiga lo que yo persigo, esas personas, no escucharan palabras vacías como las que dice nuestro rey. Escucharán ideas de justicia, igualdad y libertad. Quiero deciros que habéis estado demasiados años aletargados en vuestros hogares disfrutando de una falsa seguridad, de una falsa realidad. Como he dicho antes, habéis estado dormidos, dejando que os controlen como simples marionetas de un teatrillo callejero. Un hombre dijo que cada uno de nosotros es un actor que le toca representar un papel en esta vida, debéis ser actores que representan su vida, no marionetas que representan las ideas de un titiritero. Es hora de despertar, es hora de que reclaméis lo que es vuestro, de vivir vuestras vidas sin que tengáis que arrepentiros nunca por vuestras decisiones porque serán vuestras y de nadie más. Yo he vivido una vida corta, pero no me arrepiento de nada por que todo lo he hecho yo. Hoy en realidad no moriré, en este cuerpo no hay carne que quemar ni vida que quitar. En este cuerpo solo hay un ideal. Y los ideales no pueden ser capturados ni erradicados, porque los ideales no sangran, no lloran, no mueren.
Guy Fawkes en su último suspiro de vida y con toda la fuerza de su voz gritó sólo tres palabras:
— ¡Libertad para siempre!
William Fawkes
Cinco de noviembre de 1696
Cinco de noviembre de 1696
Etiquetas: Cuentos
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